Hola papás, ¿cómo están? Otro gran tema que les preocupa, es este. Y quiero aclararles que en este artículo me refiero a las hijas, porque son las preguntas que me han llegado de las mamás desesperadas. Pero, sin duda es que esto aplica a ambos sexos. Lo que sucede es que sin duda, la sexualidad de las mujeres ha estado reprimida por generaciones, y aunque eso afortunadamente comienza a cambiar con las nuevas generaciones y nuevas tecnologías, la verdad es que aún nos falta mucho.
Autoerotismo Vs Masturbación.
Antes que nada, lo primero que deberíamos de aclarar que son cada una. Y de forma fácil y sencilla, podríamos comparar esto con la diferencia entre “coger”/”sexo por sexo”, “sexo vacío” y hacer el amor. Y cuando hablo de hacer el amor, no hablo de la idea de amor romántico. Sino de esa forma de encontrarnos los amantes en la cama, que involucra emociones, sentimientos, sensaciones, interés mutuo en el ser integral que somos, equilibrio, igualdad, etcétera.
De tal forma que, no es que la masturbación sea algo malo, no. Pero sí que nos aporta mucho más el autoerotismo a nuestras vidas. Auto – Erotismo: erotizarme yo misma. Hacerme el amor yo misma. Más allá dela búsqueda vacía del orgasmo y de frotar energéticamente mis genitales y no parar hasta orgasmar y luego olvidarme de todo, el autoerotismo nos ofrece mucho más.
Nos ofrece una exploración. Un clavado a nuestro interior. A nuestros más profundos deseos y fantasías donde no solamente se involucra el imaginario con su gran poder y aporte, sino la exploración libre y sin culpas, conocimiento y reconocimiento de todo mi cuerpo. De mi derecho a sentir este placer y a disfrutar este cuerpo mío. Que algún día, cuando ya lo conozca muchísimo mejor, podré explorar, conocer y reconocer al lado de esa persona que consideremos será la adecuada para hacerlo en conjunto. Mutuamente. En un vaivén de entregas consentidas y gratificantes.
Nuestros hijos han aprendido a masturbarse solamente.
Vaya tema triste. Y no solamente ellos, sino nosotros también, ¡reconozcámoslo! Y todo esto promovido por la misma sociedad castrante, religiosa, doble moralista, el machismo, la cosificación de las mujeres (ya hemos hablado de esto cuando hablamos del porno tradicional), la sexualidad meramente genitalizada, donde lo que reina es el protagonismo y dominio del pene. Todo esto que nos tiene totalmente ignorantes del concepto de erótica, y de todo lo que tiene para regalarnos.
Autoerotizarme es, conectar con mi erótica.
¡Vaya tema! ¿Y cómo demonios me conecto con mi erótica? ¿Pero es que yo la tengo? ¿Cómo se come eso? ¿Dónde está? ¿Qué es?
Responder esto nos llevaría un libro o un curso entero. Pero brevemente puedo decirte que la erótica nos habla de nuestros deseos. Esos que tanto negamos y que nos han castrado con la educastración que nos han impuesto. Deseamos porque somos sexuados. Todos, todos los seres humanos somos sexuados. Todos. Grábatelo en la mente. Y sobre todo a los deseos mutuos. Esos que tenemos por ese otro sexuado también. La erótica es parte de los seres humanos, así como la sexualidad. Y aprender a autoerotizarnos, es aprender a descubrir todos esos deseos, que, dicho sea de paso, pueden cambiar a lo largo de nuestras vidas, ser distintos con una y otra persona, con uno y otro momento, con una y otra edad. No ahondaré en detalles aquí. Pero, es importante que sepas que:
En el autoerotismo no tienen cabida cosas como:
Miedo, ignorancia, moralismos (que no es lo mismo moralismos que valores morales), ideas erróneas de lo que significa la sexualidad. Y en general, podríamos resumir que la ignorancia sobre todo. Porque es quizá de ella, de la que deriva todo lo demás que podría mencionarte.
De tal forma que como padres, deberíamos prepararnos para poder educar, guiar a nuestros hijos en este gran tema. Y repito: hijos, ambos sexos.
Te invito a acercarte a nuestras redes sociales y web, para conocer las opciones que tenemos para los padres de familia. Y recuerda que “el mayor placer, te lo da el saber”.