Saludos,
Como tal vez le sea mejor contestar por escrito le comento sobre el enfoque de nuestro proyecto a ver qué nos puede comentar.
Nos queremos centrar en la sexualidad femenina, específicamente el autoplacer femenino. Sobre cómo existen tabúes y poca educación respecto tanto a la sexualidad femenina como a la masturbación femenina.
Si tal vez nos pudiera hablar sobre estos tabúes y falta de educación, qué piensa y qué recomienda y cómo se ve el tema en su país.
Si el tema de la sexualidad sigue siendo un tema desconocido y difícil de abordar en culturas como la nuestra (hablemos de los latinos, y más específicamente los mexicanos, que es el país en el que vivo), mucho más lo es aún el tema del placer femenino, el del adulto mayor y el de las personas con discapacidad. Esa triada de sexualidades que sigue siendo sacrificada, estigmatizada y en muchos casos desvalorada o negada.
Evidentemente, esto es falta de educación sexual. Pero de la verdadera. De la que tiene fundamento científico. No de la educación sexual que creen darnos nuestros padres desde sus propios prejuicios y creencias, o las escuelas desde la mera sanidad y la reproducción.
Ojalá un día podamos contar con esta materia, dentro del programa oficial de la Secretaría de Educación Pública.
Si puede comentarme cuánto tiempo lleva ejerciendo como sexóloga y qué es lo más frecuente que ve en sus consultas respecto a las mujeres que buscan su asesoría (como qué problemas le plantean, qué temas le tocan con más frecuencia, cómo se reflejan sobre su sexualidad, si conocen o no al respecto o si se averguenzan etc.).
Inicié en las campañas de prevención del VIH hace aproximadamente unos 10 años. Posteriormente, como educadora sexual, y hace casi cuatro años como sexóloga sustantiva.
Creo que entre los conflictos más frecuentes que llegan a mi oficina por parte de las mujeres (no usamos la palabra “consultorio”, porque desde nuestra formación, la gente no padece de nada, por lo tanto no son pacientes. Son clientes, porque de lo que carecen es de información, de educación de las sexualidades), son: ausencia de orgasmo, falta de deseo, miedo al placer y falta de juego erótico en su relación con frecuencia porque el hombre se niega a prolongar el juego.
Todo esto que te menciono, termina redundando en un tema: las mujeres desean sentir más placer. Vivir más placer. Por lo general, son las mujeres las que acuden a la cita pidiendo ayuda. El hombre suele no percibir la carencia de amor y erotismo en la relación de pareja. Es muy raro el hombre que llega y dice: “Eugenia, quiero aprender a ser mejor amante”.
Recuerdo especialmente un caso de un hombre joven, cuyo conflicto era totalmente lo contrario… Las chicas lo cortaban por ser demasiado detallista, por querer hacer juegos previos, por ser atento y mandar flores. “Ellas me piden que vaya al grano, que las penetre casi empezando el juego, y a mí me gusta mucho disfrutar de las caricias previas, jugar un buen rato, disfrutarnos, pero las chicas me dicen que eso es cursi”.
Cuando escuché eso, pensé: ¿Será que finalmente las mujeres nos hemos hecho de la forma de la que más nos quejábamos de los hombres? No, no lo creo. Al menos no todas.
Si creo que la diversidad de formas de experimentar la sexualidad y en este caso el erotismo y el placer, es un abanico tremendamente basto. Y en estos tiempos en los que convivimos en redes sociales personas muy jóvenes hasta adultos mayores, y que en las redes pululan las ideas, creencias, deseos, costumbres de todos nosotros, ideas tan distintas unas de otras, podemos conocernos todos y convivir todos. Criticándonos entre nosotros, pero finalmente con el mismo objetivo: Todos queremos disfrutar, sentir placer. Unos quizá de forma rápida y superficial, otros quizá con más juegos previos y tiempo relajado, pero todos, todos, buscando ese placer delicioso que es el llamado placer sexual y erótico.
Pero al mismo tiempo, somos torpes y poco asertivos. Porque no nos acercamos a la sexualidad. Al conocimiento de la sexualidad y de la erótica. Le tenemos miedo. Nos avergüenza.
Yo les hablo en mis conferencias y talleres de lo que he llamado: El círculo vicioso de la sexualidad:
Como me educan desde el miedo, la desconozco. Como la desconozco, no la disfruto. Como no la disfruto me decepciona. Como me decepciona, pierdo el interés. Como no me interesa no me acerco. Y como no me acerco, la desconozco.
Es este círculo vicioso el que tenemos que romper.
Y hablando de la sexualidad femenina, he encontrado de todo. Mujeres jóvenes que la viven libremente y sin culpa. Mujeres jóvenes que la viven desde la ignorancia y se convierten en madres solteras adolescentes y no disfrutan y siguen siendo complacientes. Mujeres de mediana edad y maduras que la desconocen por completo y la sufren porque fueron educadas desde los moralismos y las prohibiciones. Hasta mujeres que pasan de los cuarenta y es después de esta edad cuando se han liberado y han comenzado apenas a disfrutarla.
¿Qué nos puede comentar desde su perspectiva como profesional sobre la masturbación?
El autoerotismo (llamada también masturbación), es la cuna del erotismo. En el cien por ciento de los casos de mujeres que llegan diciendo que jamás han sentido un orgasmo, encontramos que son mujeres que no se masturban, que no se autoerotizan.
“¡Niño, déjese ahí!”, -cochina-, son frases y palabras que escuchábamos con frecuencia en nuestra infancia. Y evidentemente, (en este caso) tenemos mujeres que no solamente desconocen su cuerpo, sino que relacionan el placer, las fantasías sexuales, los juegos eróticos, con algo malo, denigrante, o que no es sano o peor aún “no es normal”.
Esas creencias limitantes, hacen que no puedan conectar con sus cuerpos. Principalmente con sus fantasías. Y aunado con la pobre educación genitalizada, y la sobrevaloración del pene y en general de los genitales de ambos sexos, el machismo, el porno… no tenemos buenos resultados en la intimidad. Y tenemos más personas sufriendo, que gozando.
Todas las personas deberían masturbarse. A su modo, a su estilo, involucrando el cuerpo o solo la mente. Pero todos, deberían hacerlo. ¿Quién dijo que la masturbación es mala? ¿Cómo conozco y descubro, si no explorando?
¿Por qué es necesario o importante que la mujer conozca su sexualidad, y además se masturbe?
Los derechos sexuales son para ambos sexos. Si el placer fuera malo, ¿quieren decirme para qué nos habría dado el creador clítoris a las mujeres?, les pregunté a un grupo católico en un programa de radio una vez. Obviamente se miraron y no supieron qué responder.
En otra ocasión a un grupo de mujeres empresarias, les pregunté si así como se habían desarrollado y empoderado en todas las áreas, se estaban empoderando también en el área de la sexualidad. Y nuevamente hubo un silencio total en el salón. Muchas veces a la misma mujer se le olvida que tiene derecho al placer sexual. Y lo dicen los Derechos Sexuales Universales de la OMS.
En la medida en la que la mujer desconozca la y su sexualidad, en esa misma medida seguirá sufriendo lo que debería ser disfrutable.
A veces a esas mujeres empoderadas directoras de empresas, ejecutivas, les da vergüenza hablar en la intimidad de deseos y necesidades con sus parejas. Les dan vergüenza sus cuerpos. Son inseguras. Tímidas. Víctimas de la mercadotecnia y de los medios de comunicación. Y entonces veo en esas mujeres una evolución a medias. Un crecimiento a medias.
Por otro lado, el hombre moderno no ha sabido en muchos casos relacionarse con la mujer moderna. Y punto aparte, escuchamos ahora a muchos sexólogos hablar de las nuevas masculinidades, que también es un tema interesante.
¿Cuáles aspectos describiría o identificaría como fundamentales respecto a la sexualidad femenina?
El reconocimiento del derecho al placer.
El respeto a la libertad de decidir sobre nuestros propios cuerpos
El derecho a la educación sexual con fundamento científico.
La educación sexual laica.
La reconciliación con la sexualidad en general, con la propia y con la de nuestra pareja.
La reconciliación entre hombres y mujeres. Comprender que no estamos en guerra. Y que ambos sexos, tenemos el mismo valor.
Más educación, menos porno.
Más compromiso social de los medios de comunicación con la educación y evitar la difusión de conceptos erróneos de la sexualidad.
Si hay algo más que quiera añadir o crea necesario añadir sobre la sexualidad femenina, la masturbación femenina o la sexualidad en general.
Agradecerles la oportunidad de poder colaborar con un granito de arena. Felicitarlas por abordar este tema que tanta falta hace. Y concluir, diciendo que en general, me parece que ha habido avances en el tema de la sexualidad femenina, pero no los suficientes. Sigo escuchando mujeres modernas decir que no han sentido un orgasmo, como pasaba a nuestras abuelas.
Tenemos muchas cosas a nuestro favor para romper con la desinformación y vencer el miedo ilógico que le tenemos a la sexualidad y sobre todo, a la erótica.
Me encantaría que grupos conservadores e iglesias se mantuvieran al margen de los temas relacionados con la sexualidad. Y que respetáramos el derecho a recibir educación sexual con fundamento científico y laico.
Cuando un padre se niega a que su hijo o hija reciba educación sexual en las escuelas, en realidad están violentando sus derechos sexuales fundamentales. Y al parecer no hay quien se percate de ello.
Una educación sexual bien planeada, impartida por educadores sexuales y no por maestros ayudaría mucho a que por ejemplo, México no tuviera el 1er lugar en embarazo adolescente.
Perder el miedo a la sexualidad es lo que necesitamos. Somos sujetos sexuados. Y negar la sexualidad, es negarnos a nosotros mismos.
Por último, me gustaría compartir que creo mucho en que la solución está en dos cosas:
La Educación Sexual y el reencuentro entre los sexos.
La educación nos hará comprender muchas cosas, el placer, la diversidad, las diferencias y coincidencias entre los sexos, etcétera.
Y el reencuentro entre los sexos, podría llevarnos a la esencia del ser humano: el amor.
Con afecto: Eugenia Flo