¿Recuerdan que quedó pendiente el tema de hombres heterosexuales casados o en pareja con bajo o nulo deseo sexual? Muchas de ustedes me contactaron, para contarme sus casos. Y realmente, es algo que logra llamar mi atención. Además de que es un tema cada vez más frecuente en la consulta privada.

                Me parece un tema importante por muchas razones.

1.- Son cada vez más los casos que me llegan al mes.

2.- Está siendo motivo de discordia y decepción en muchas parejas

3.- O va aumentando, o sale más a la luz (no lo podemos saber). Y si va en aumento, eso puede tener muchas razones.

4.- Es una parte importante de la relación de pareja.

                Así que vamos por partes.

                Cada caso es distinto, particular, específico. Cada pareja debe ser estudiada por separado. Y lo que aquí hablaremos, son generalidades. Las particularidades solo en trabajo privado. Recuerden que esto es epidermis, no profundidad. ¿Vale?

NO ES LO MISMO PERDER EL DESEO, QUE UNA NECESIDAD BAJA DE DESEO.

                ¿A qué me refiero?

                EJEMPLOS:

                CASO NÚMERO 1: Un hombre cuya necesidad de encuentros eróticos al mes es y ha sido desde siempre 1 ó 2.

                CASO NÚMERO 2: Un hombre con una necesidad de frecuencia de encuentros de 2 a 4 por semana, que con el tiempo ha disminuido a 1 ó 2 al mes (o menos, incluso meses).

                En cuestión de la frecuencia de encuentros eróticos que alguien necesite, es un error pensar cosas como: “Lo normal es tener X número de encuentros”, o “Eso no es normal”, o “Es que debería ser más, o menos”.

                Esa necesidad, varía muchísimo de una persona a otra. Y a quien le baste con poco, si se siente a gusto con ello, si se siente satisfecho y feliz, pues en realidad no hay nada qué trabajar. El problema nace cuando causa conflicto. Cuando la persona quiere tener más deseo, o cuando ambos desean realmente más encuentros. Es entonces ahí cuando se analiza qué es lo que sucede.

                Normalmente un hombre como el del CASO 1, difícilmente dirá que desea más. Si acaso, quien lo dirá será la pareja, no él. Pues él, está satisfecho. No es algo raro o inesperado. Recordemos que uno come lo que le llena, lo que le basta, lo que desea. Y si te llenas con poco, no significa que tengas que hacer algo para comer igual que los demás. Porque te sentirás mal del estómago (obvio es para dar un ejemplo).

                Y si un hombre como el del CASO 1 hace pareja con alguien con un alto deseo, pues obviamente, tendremos conflictos y discusiones. Es por ello que es IMPORTANTE por no decir, fundamental conocerse antes de decidir vivir juntos. Y no engañarnos ni engañar prometiendo o imaginando algo que realmente no vamos a tener u ofrecer.

                Pero en el hombre del CASO 2, ahí tenemos mucho por analizar. Pues las causas de la pérdida del deseo pueden ser muchas, por ejemplo:

-Rutina, aburrimiento. No variar. Olvidarnos de jugar. Dejar de ser curiosos. (Comprendiendo también que la exclusividad erótica no existe y que es de esperar, que a lo largo de nuestra vida, deseemos sexualmente a más de una persona).

-Mala relación con la pareja. Desde un carácter difícil, hasta no saber convivir, llevarse como perros y gatos, descalificaciones de la pareja hacia el hombre por cualquier motivo, no solamente sexual. Llevarnos como perros y gatos, u ofendiéndonos o ignorándonos y pretender tener una vida sexual plena y satisfactoria es una utopía. A menos que existan en ambos rasgos marcados de masoquismo y/o sadismo, que estos casos, también existen. Parejas que se llevan terriblemente en el día a día, pero el encuentro es totalmente satisfactorio (esto es complicado de definir y es posible que se confunda con una relación de co-dependencia o violencia, aguas con eso!).

-Estar juntos por que sí. Por los hijos. Por cualquier motivo que no sea el amor… Costumbre, flojera de divorciarse, o empezar de nuevo, etcétera. Muchas parejas viven por vivir. Con vidas grises, conformes, y no aspiran a más de lo que tienen. Eso puede absolutamente bajar el deseo.

-Estrés. El laboral y el económico son los más frecuentes.

-No dormir bien

-Problemas con los hijos, de salud, laborales, económicos, etcétera. Estar pasando por una etapa especialmente complicada en cualquiera de estos aspectos, desde luego que puede afectar la cantidad de deseo.

-Frustración. Sentirse frustrado por no poder hacer algo que se desea, y no hablo solamente del aspecto sexual.

-Auto-concepto negativo. Creer que no son buenos en algo determinado, inteligentes, aptos, guapos, etcétera. Creerse no competitivo en cualquier área de vida.

-Bajos niveles de testosterona. Aquí es importante hacerse valorar por un médico, ya sea urólogo o internista para definir las posibles causas.

-Culpa. Algunos hombres al ser infieles, pierden o el deseo, o la capacidad de erectar. A veces con la amante, a veces con la esposa. Es importante no imaginar y no suponer… ya vi a todas las mujeres del grupo pensar que “esto ha de ser mi caso”…

Esperen, causas puede haber muchas. Y aquí estoy contando las más frecuentes. Si es tu caso, te recomiendo trabajar esto con un sexólogo.

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Sexóloga Sustantiva. Educadora, conferencista y activista de los derechos sexuales. Máster en Educación Sexual y Sexología. Universidad Alcalá de Henares. Madrid, España.

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